La amabilidad en la interacción humana es la habilidad de amar, la habilidad de conocer y configurar el deseo construyendo una realidad amable simbólica, orientando el comportamiento hacia el bienestar.
En el tiempo que nos toca vivir la amabilidad no forma parte del proceso educativo de las personas, formal o informal, y por tanto la facilitación que genera la amabilidad para superar las pérdidas, los conflictos o las separaciones, no favorece la distancia crítica
de las personas, los fracasos, los despidos las separaciones que se afrontan con dificultad y que en la mayoría de las ocasiones no se pueden llevar a buen término.
La amabilidad carece de significación en estos momentos y mucho más la motivación y el deseo de ser amable.
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